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El cartel de la vergüenza

Obra paralizada... la arquitectura más pobre del Perú

Publicado: 2011-05-23

Ya que abrimos el baúl de los recuerdos (es que a veces no puedo con la amnesia de la gente) quisiera recordar otro hecho bochornoso que ocurrió aquí… muy cerca de todos nosotros. La Universidad Ricardo Palma, en Surco y su proyecto para un supuesto Edificio de Servicios Educativos (ironías de la vida).

En enero de 2009 la prestigiosa (que-se-jacta-de-serlo) Universidad Ricardo Palma fue cerrada por la Municipalidad de Surco por no contar con licencia para la construcción de su edificio de cinco pisos (el cuál hasta hoy sigue en obras) y atentar contra la seguridad de su alumnado. El rector de la universidad y  otros funcionarios fueron además denunciados por desacato a la autoridad municipal. Asimismo, muchos alumnos matriculados en el ciclo de verano no pudieron asistir a clases debido al cierre temporal y perdieron una importante oportunidad (de ganar tiempo. Tiempo = Dinero).

La gravedad del asunto pasa por dos aspectos:

El de responsabilidad, que es uno de los puntos comúnmente DEBILES en nuestro país. Es decir, en el supuesto caso que llegara a darse un accidente fatal, es altamente probable que las autoridades y responsables directos e indirectos quieran evadir todo tipo de responsabilidad.

El otro aspecto es moral. Para explicarlo, planteo la siguiente interrogante: ¿Puede un joven de diecisiete años aspirar a ser un profesional de bien que ayude a forjar un futuro mejor para nuestro país y nuestra sociedad, estudiando en una entidad educativa que a su vez es capaz de romper las normas y de pisotear el sistema en busca de obtener un beneficio propio? ¿Qué lecciones de informalidad y prepotencia le está dando la Universidad Ricardo Palma a sus alumnos?

El proyecto diseñado por Juvenal Baracco (importante arquitecto y académico cuya reputación trasciende los límites de nuestro país) es criticado, no por su calidad arquitectónica, sino por su accidentada trayectoria tramital. Él, en su despótico discurso (que ya muchos le conocemos) diría que “por una licencia no se va a dejar de hacer un proyecto tan importante”. Casi me parece escucharlo, vociferando ante el respeto (miedo) de sus alumnos practicantes (explotados a cambio de prestigio).

El ego de algunos arquitectos puede ser su camino al lado oscuro

Pero la imagen del arquitecto es lo menos importante en este tema. El tema aquí es RESPONSABILIDAD MORAL, porque un alumno de la Ricardo Palma es finalmente el que deberá cargar con esta cruz: la imagen del gigantesco cartel con el dibujo del policía municipal exclamando OBRA PARALIZADA (bastante pintoresca la manera como la Municipalidad de Surco encara un tema serio… con un estúpido cartel para fiestas infantiles. ¿Tan difícil es para nuestras Instituciones madurar?).

Pregunta: En el Perú.. ¿por qué nos es tan difícil renunciar? Si esto hubiera ocurrido en la Universidad Politécnica de Catalunya, o el la Politécnica de Madrid, o en Harvard o el MIT, probablemente un hecho bochornoso y de tal magnitud hubiera propiciado la renuncia en cadena inmediata e irrevocable del Rector de la institución, el Decano de la Facultad, el Arquitecto Responsable del proyecto (sobre todo si tiene participación en la plana docente de la universidad o un cargo de coordinación académica como es el caso), el equipo de Gestión de Proyecto y todos los que de alguna manera hayan tenido que ver con la toma de esta decisión.

Declararse inocente se ha vuelto una costumbre.

Pero, NO. Aquí, en nuestra patria querida, la modalidad suele ser otra: Al jefe no se le toca. Se busca a algún responsable de la EJECUCIÓN tramital del proyecto y a ese le cortan la cabeza. Luego de mostrar la sangre y el corazón de este chivo expiatorio en un cofre, se mete el caso a la refrigeradora por unas semanas, en paralelo se negocia con la Municipalidad a fin de ir levantando una por una las observaciones e ir agilizando el trámite de licencia. Se mantiene paralizada la obra de manera provisional, pero luego de un tiempo se retoma el tema y, señores, AQUÍ NO PASÓ NADA. Los verdaderos responsables siguen en sus tronos, ejerciendo sus cargos y enseñándole a la juventud peruana COMO SE DEBEN MANEJAR ESTAS COSAS.

Señoras y señores lo que les acabo de relatar no es una historia de política ni una anécdota del Congreso de la República. Es arquitectura pura… la arquitectura más pobre que se pueda practicar en nuestro querido país.


Escrito por

jac4ever

Arquitecto Director Diseñador Gráfico-Web-Multimedia Comunicador


Publicado en

El Modulorcho

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